Desde los re/codos arremangados de la historia,
desde la pelusa que se te mete en la nariz y te hace
estornudar de tiempo.
Desde los páramos y las puertas que se entrecruzan
previamente.
Todo desemboca a la palabra pueblo.
Toda boca puebla a la palabra río.
Y mas allá, quizás, un desmenuzamiento
aguja por aguja en el tatuador del destino..
Y mas acá , quizás , una almohada donde
apoyar la cabeza del esqueleto esqueletico
en la cumbre de la panza.
Todo lo demás, odio, todo lo demás envidia
al mate cosido desde caviarlandia.
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