lunes, 21 de junio de 2010

Recuerdos y olvidos, lejanos

La lejania de vos me escribe cartas en blanco
que leo como un analfeto muerto.
Pienso en tu sombra, hasta con ella
me iluminabas.
Pienso en tus tormentos, cuando con
ellos me mojabas y volabas los techos
de la casa, hasta con ellos me despejabas.


Recuerdo un poema que te escribí una noche
y que debí quemar porque en el se 
reflejaba el espejo de tus ojos.
¿Cuan subterranea está tu piel en mi cama?
Escavé los topos de mi tierra y te vi parada
en la esquina de una ciudad oculta, lejana,
hundida en algun plano de mi alma, de mi tierra.
Estabas parada en la esquina bajo la garúa,
la garúa me da la sensación de que el recuerdo 
es aun mas añejo, quizas por el olor a humedad 
que se impregna en las esquinas de garúa,
quizas porque tus cartas en blanco estan
amarrilentas y tambien tienen olor a humedad.


El recuerdo es lejano, igual es el presente
y los dos articulándose son lejanos de vos,
y yo estoy con  tus cartas y con mi 
poema sobre la mesa, el uno papel 
y el otro cenizas. Quisiera tomarme
un colectivo hacia la esquina de 
esa cuidad lejana o subterranea
donde estas parada bajo la garúa, 
pero esa esquina podria ser cualquier
esquina entre todas las esquinas de la vida
y yo solo reconozco a la garúa y no
se nada de direcciones ni de la localidades..
Solo se que la garúa podria ser
cualquier gotita en la linea del tiempo.

En fin, todo esto no tiene sentido,
solo intento con este poema
ponerle tinta a tus cartas y 
sacarle chispas
a aquel otro poema, 
simplemente 
para acercarme 
a los olvidos,
para asentarme 
en los recuerdos,
lejanos