Las madres vuelan vuelven a través
de nuestros ojos al ombligo,
al esperma, al óvulo, a la semilla regada
de origen, al misterio.
Los hijos vuelan van, a la luna, a la guerra,
a los divorcios, a la televisión, a la miseria,
alguna que otra vez a la alegría, quizás
cuando engendran.
Así están las cosas, la raza humana se sostiene,
como la rama de la raíz, a pesar de todo.