miércoles, 28 de julio de 2010

Una semana

Le colocaste silenciador a la pistola de tus abismos y al gatillar
ocho veces contra la noche :pintaste tus labios
con la sangre oscura y delineaste tus ojos lineales a la mañana
 con los misterios que te hacen llorar a lágrimas muertas.
Hasta que dormir ,selló al fin en un sueño a las balas,
a los zumbidos, a el olor de la pólvora cenicienta .
Todo lo demás fue la esclavitud de los domingos,
 la ciudad amontonada en los cementerios , luego a misa
con la devoción gastada como las suelas de las miradas
estrelladas contra la vereda de boulevard Oroño, forzosamente estrelladas contra las
 pelusas de los plátanos y las hojas rojas secas crispeantes. 
 El lunes de nuevo nos vemos saliendo a buscar un mango a duras
penas en la calle, abajo de la cama, en el canasto
de la ropa sucia, y el martes, y el miércoles como
un soplo de tuberculoso en el desierto
y el jueves un vino barato al menos para raspar la garganta
y los desvelos perdidos en una isla aislada de la mente,
que le hace señales de domingos desesperados a los helicópteros
 ciegos del calendario a futuro. y vos ahí ,siempre ahí
esperando los domingos los sábados a la madrugada,
gatillando silencios a los estruendos de tu alma,
a los causes de tu iris pardo donde la semilla
de agua brota y el viernes,Y el viernes es un río
poblado de peces desteñidos e histéricos con esos ojos
vidriosos mas tristes que los de las muñecas discriminadas por las hijas
caprichosas del vecino ,que habita el chalet de la esquina ,muy vehemente,
y tiene un piano con cola que toca cuando nadie está la sirvienta,
a puro oído .Y vos te paras vergonzosa en la puerta a escuchar un rato y
te pensás que yo no se, pero te descubrí varias veces con la oreja parada
y un semblante de perplejidad que ni vos misma ni tu madre se imaginan que tenés.. 
 El sábado,que días raros los sábados ,porque te permitís sonreír a la tarde bajo el sol 
de a ratos, pero te limitas por temor a que nos cobren impuestos. Todavía
no te queda claro eso de  que sonreír y respirar sea gratis. 
De vuelta a los domingos,la gente amontonada en los cementerios,
luego a misa a hipotecar el perdón por una parcela miserable
en los barrios bajos del paraíso y el lunes, el lunes nuevamente a signar los
martes de la agonía erosionados hasta
los huesos.
El alba extraterrestre  de tu memoria que
aterriza  en la luna de los miércoles de la inmensidad  de los jueves
con la cuna vacía que se revuelca en si misma los viernes se destapa y llora
y gorgotea hace provechito los sábados y renace para vos todos
los días de la semana.