miércoles, 10 de noviembre de 2010

Árdeme, árdeme la sombra hasta el flash cegador
de tus rayos sol mirada, antes que me apague
con el alma a cuestas.
Árdeme,árdeme las lluvias mentales hasta
evaporarlas en el tiempo sin memoria.
Quizás luego, borrachos, bajo
el grillo de la luna cantora, te desnude
hasta el infinito.
Debes comprender que la soledad
me ha encarcelado en la noche de mi cubo
y vos la estás amaneciendo con abrir la puerta.
Dentro de algún cuarto apantanado
 reverdecerá el lodo, muy lentamente.