viernes, 25 de junio de 2010

mudanza

Por los lentes de aumento de la infinita
mirada del tiempo el esquelmaniqui de las
agujas de cada segundo muerto se me
clava en la vidriera de las tiendas 
del barrio luciendo tu ropa.
Así, con esa acupuntura no recetada
latiéndome en el corazón de cada poro
de mi cuerpo entré  a la casa.
¿Interrumpi tu charla con los abismos?
No lo se, me ahorre la pregunta, no era precisa,
me di cuenta de que deseabas que nos miremos de cerca,
nos toquemos la distancia, nos besemos los enigmas del destino y
nos lustremos los polvillos recuerdos como muebles
de roble recién adquiridos en un anticuario.
Somos complices de que accedí sin rodeos,
creo haber hecho lo correcto,
lo siento si esperabas que te diga algo,
fue mas
urgente que nos adornemos las maletas,
nos pintemos
con las manchas  las paredes,nos topemos con
el "de pronto",
nos crucemos por los ambientes vaciándose
paulatinamente
y al fin nos mudemos.
No voy a negarte que me encuentro extraño
en mi nueva casa y que me cuesta dormir.
Paso  las noches viendo como las telarañas tejen
en el techo el futuro mientras el plumero
 se retroconvierte en un ave negra tras ser pasado por mi  alma.


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