Desueña despertares, abanica al viento
Susurros como gritos se quiebran en el silencio.
Mañanas destellantes, un girasol mira a las sombras
Comienza a grisearse el pigmento de las hojas.
Vomita somnolencias, pasadizo donde el paso es lento
Dirigiendo al camino para volver hacia atrás.
Misterios de arrabales, sangre sobre el cemento
Tajantes los cristales de los porrones de ginebra.
Tanto tardo en olvidar
Se me hace imposible dormitar.
Tanto bardo es meditar
Aunque me encierre en un templo.
Enumere uno por uno mis movimientos
Hasta punzar con el oxido de mi faca
El victimo órgano vital.
Dudo de entregarme a la ley
De mi conciencia soy rehén
Tanto bardo es meditar
Tan hostil el arrabal.
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