Página caduca 

Página caduca 

Página caduca 

Página caduca 

Página caduca Página caduca Página caduca Página Página caducaPágina caduca Página caduca  Página Página caducPágina caduca a caduca Página caduca 

Página caduca 

Página caduca 

Página caduca 

Página caduca 

Página caduca Página caduca Página caduca Página Página caducaPágina caduca Página caduca  Página Página caducPágina caduca a caduca Página caduca Página caduca caduca

Página caduca caduca 

Sin fin, al fin.

!Ya que sin fin la muerte nos depare!

!ya con sexo en las espinas!

!Ya con fruto en las miradas!!

Hasta que al fin la vida

nos encuentre.

A grande rasgos

Para mi un hecho aislado

en la vida de un perro

es como una fiesta en la que 

el aperitivo

especial es un circo de pulgas.

Para mi morder un gusano

en una manzana

es como hallar

un tesoro en el fondo del mar.

Soy un hombre que se rasca

del crimen de cada metáfora.

Desde que no existo en su cuerpo

no existo,
sin embargo pienso

con una mente y ando con una

forma exacta, hecha, en las sombras.

Para mi los vientos son del desierto

con una trompeta en la boca.

Cada granito de arena es un salto

al abismo del pasado.

Cada paso del futuro

duerme en el anden.

Cada gota de música

se evapora bajo un sol desafinado.

Desde que no existo en su cuerpo

desvisto a la angustia como ante la muerte.

Sin embargo resisto aun, por amor

al amor, por odio al odio.

Por si acaso existo,
cada tanto,

a grandes rasgos.

Corazones

El corazón de una mujer

martillando en el pecho

de un caserón sombrío

tiene la luna atada al pelo,

como la noche.

El corazón de una mujer

solitario en el pecho

de una habitación fría

tiene el hielo adherido al devenir,

como una fotografía.

Resquebrajadura 

de los escombros

del tiempo que 

se están reduciendo

a polvo

entre el reloj y el alba.

abreviatura 

de un corazón

que en sus ojos

continúa continuando

ante las puertas del olvido

con un latir moribundo.

De solo sangrar en

que si corazón se atreviese

a hacerse de luz con la luz

el mío seguiría sus

pasos desde lejos,

por el imán del resplandor.

Solo por latir en un corazón

distante.

Solo por morir en un 

corazón;
   solo de sol.

Entre mil  apocalipsis  y mil big bang

la noche ensambla sus delicias

en la vereda, donde caminan nacen

y mueren hormigas, ratas y hombres,

 lloran los perros gimen la bruma,

que acaso fuma la atmósfera

ante nuestras narices y nuestras bocas.

Y en las mil dimensiones se sigue dando

el universo, viven corriendo al pasado

llueven volviendo al futuro

¿ y mi mente, y mi corazón?

¿una trompeta que ruge en la sordera

del tiempo, un manantial de palabras sin destino?

El amanecer dibuja todas estas formas

en el horizonte 

una y otra vez.

Tus ojos, el origen del infinito

en cada punto del devenir.

Doscientos metros bajo el agua

Entre nosotros dos: la nada nada 

ninguneando

a los fantasmas, los perros 

ladrándole a los rascacielos,

el cielo con cosquillas en 

las nubes.

Entre la tierra y la luna: la realidad

espejada en el mar,

el cielo cielo celeste al oriente,

las huellas del hombre y la noche.

Entre el mas allá y el cosmos: un recuerdo

con la ropa deshilachada,

la muerte muerte bajo tierra.

Tus ojos, único rayo de luz

capaz de trascender los doscientos

metros bajo el agua.

Amor, palabra que te dices tan simple en cualquier

idioma, palabra que estás en tantas bocas y en tantos

corazones, a veces oculto, a veces dormido, a veces

olvidado, a veces destellante o desmedido,

estoy a tu espera, como un óvulo a ser

detonado detrás de la vulva, como la mano

abierta de un mendigo, que no espera una moneda,

está igual que yo a tu espera.

Amor, palabra que te escribes en todas partes,

en los bancos de las escuelas, en los colectivos,

en las paredes con aerosol, en la plaza sobre

la arena con un palito, o en la playa a orillas

del mar, estoy a tu espera como un alma

vagabunda por el universo a encontrar

su próxima vida, como un eclipse

a llegar a la luna, para hacerle el amor

mientras nadie los ve.